La limpieza es la base de toda rutina básica de skincare, nos ayuda a mantener la piel limpia y a eliminar residuos como grasa, suciedad, bloqueador solar o maquillaje. La verdad es que la mayoría de nosotros, antes de consultar a un dermatólogo o de adentrarnos en el mundo del skincare, lavábamos nuestro rostro con el primer jabón que veíamos en la regadera o en el lavamanos, es más, aún la mayoría de las personas siguen haciéndolo. Entonces, porqué invertir en un jabón?
Al lavarnos el rostro con jabón de tocador, jabón de ducha o shampoo estamos limpiando nuestra piel de más, es decir, estamos eliminando los aceites naturales de la piel y dañando la barrera protectora que ésta tiene. Si usas este tipo de jabones es normal que tu piel quede "rechinando de limpia", algo que puede parecer bueno a primera vista, sobre todo si tienes piel grasa y quieres que tu piel quede completamente sin rastro de sebo, lo malo es que a la larga puedes causar resequedad, deshidratación, irritación, sensibilidad y mayor producción de sebo y brotes te acné.
Debemos evitar el normalizar la sensación de piel tirante después de la limpieza, porque incluso hay personas que si no sienten la piel tirante sienten que no han lavado bien su rostro. El utilizar productos, en este caso jabones, agresivos en nuestra piel puede realmente resecar y dañar la piel, por lo que si estás empezando a cuidar tu piel, un limpiador adecuado debe ser tu primera inversión.
Para realizar una doble limpieza en las noches necesitas un limpiador base aceite y un limpiador base agua. El limpiador base aceite es realmente muy fácil de elegir, ya que la mayoría cumple perfectamente con su función básica: desmaquillar y eliminar toda la suciedad como sebo o bloqueador solar que queda en la piel. Además de que la mayoría de los limpiadores base aceite quedan con todos los tipos de piel.
Sin embargo, los limpiadores base agua, jabones o espumas limpiadoras, no funcionan igual para todos los tipos de piel, además de que hay muchísima más variedad, enfocada no solo en el tipo de piel, si no que varían mucho en texturas, ingredientes y funciones adicionales.
1. Busca el limpiador adecuado para tu tipo de piel. Muchos limpiadores varían en textura o ingredientes de acuerdo al tipo de piel, si el limpiador no se adapta a tus necesidades puede producir resequedad , irritación y exceso de producción de sebo.
2. Revisa los ingredientes. Esto es súper importante porque te ayuda a saber en qué momento usar un limpiador o si es para ti o no. Te recomendamos la página incidecoder.com para leer las listas completas de ingredientes así como su función. Algunos limpiadores contienen ingredientes iluminadores (vitamina C, niacinamida), exfoliantes (BHA o ácido salicílico) que ayuda a mantener los poros limpios u otros como el té verde que es antioxidante.
3. Elige la textura. Ya no solamente existen los jabones en barra, ahora podemos encontrar limpiadores cremosos, transparentes, gelatinosos, etc. En general, para pieles secas van bien los limpiadores cremosos y para las pieles con tendencia a grasa los geles y carbonatados.
4. Observa tu piel. Cada que pruebes un limpiador nuevo observa cómo reacciona tu piel, te ayudará mucho a saber cuál es el limpiador que mejor le queda a tu piel y a saber con cuáles se siente tirante. Te recomendamos mucho probar con muestras o tallas pequeñas.
5. El pH. Es todo un tema! Pero básicamente un limpiador debe tener un pH alrededor de 5.5 para mantener la barrera de la piel sana y no dañarla con el limpiador, ya que si usamos un limpiador alcalino por mucho tiempo podemos romper esta barrera y causar resequedad, brotes, etc. Actualmente, muchos de los limpiadores ya mencionan el pH en su envase, así que te recomendamos fijarte en este indicador, si no lo tiene el envase es muy fácil de encontrar en internet.
6. Limpiadores enfocados en un problema. Actualmente los limpiadores ya son tan especializados que muchos vienen con la información completa en el envase, incluyendo el tipo de problema de la piel al que van dirigidos. Puede estar enfocado a pieles irritadas, a eliminar puntos negros, a iluminar la piel, etc.