La exfoliación es uno de esos pasos de la rutina que cuando empezamos con ella sentimos un cambio inmediato, sin embargo, muchas veces no tenemos un concepto o idea adecuada de cómo realizar una exfoliación efectiva en casa y pensamos que entre más "duela o raspe" la piel es mejor.
A medida que empezamos nuestro viaje en el mundo del skincare es cuando nos encontramos con la realidad de la exfoliación y la magia que efectúa en nuestra piel.
Creo que todos nos hemos topado con el clásico remedio "exfoliante" de la azúcar con limón o azúcar con miel, sin embargo, la exfoliación es mucho más que esos remedios caseros que lesionan la piel y que a veces hacen que dejemos la exfoliación de lado.
La exfoliación es muy sencilla si tomamos en cuenta que es un proceso que nos ayuda a renovar y mantener limpia la piel, eliminando células muertas e impurezas que pueden acumularse que la hacen lucir opaca y sin vida, en el peor de los casos ocasionando también puntos negros y espinillas, por ejemplo.
Conforme vamos envejeciendo nuestra piel tarda más en renovarse y por eso necesitamos una exfoliación cada cierto tiempo que la deje suave y tersa.
Diferencias entre exfoliación química y física:
Aunque ambas tienen como objetivo la regeneración de la piel, la diferencia es la forma en que se efectúa cada una de ellas y los resultados que podemos obtener:
- Exfoliación física o mecánica: Actúa por abrasión, las impurezas y células muertas son removidas por un movimiento de fricción que las arrastra mecánicamente. Puede realizarse mediante exfoliantes con partículas, cepillos, pads de algodón o aparatos con superficie granulada. Es una exfoliación suave que abarca solo la capa superficial de la piel y lo ideal es realizarla solo 1-2 veces a la semana. Brinda suavidad, mejora la circulación, limpia e ilumina.
Es utilizada en la cosmética coreana sobre todo en los productos con la leyenda "peeling gel" o "pads" y son ideales si lo que quieres es una exfoliación super suave y ligera, además de ser perfecta para quienes van empezando a cuidar su piel, ya que se puede manejar y regular muy fácilmente al ejercer poca presión sobre la piel.
- Exfoliación química: consiste en aplicar ácidos que disuelven los enlaces entre las células muertas y el tejido dérmico. Los más comunes son el ácido glicólico, láctico o salicílico, y además tenemos las enzimas. Es un procedimiento que puede realizarse en casa o en una clínica dermatológica, aunque los productos coreanos de venta libre tienen la concentración adecuada para utilizarse en casa de manera segura. Esta exfoliación, dependiendo del producto y su concentración de ácidos, puede incluso realizarse diariamente o hasta 3-4 veces por semana. Llega a capas más profundas de la piel por lo que ayuda a la eliminación de manchas, limpia y suaviza la piel e incluso la reafirma.
En la cosmética coreana puedes encontrarlos como AHA (glicólico y láctico son los más comunes) y BHA (ácido salicílico), pero también puedes encontrarlos como PHA/LHA y otras siglas de ingredientes exfoliantes de formulación reciente. Para no complicarnos mucho, los AHA son los que ayudan a exfoliar superficialmente la piel y el BHA ayuda a mantener los poros limpios, mientras que los PHA/LHA son similares a los AHA pero ideales para pieles sensibles o que necesitan una exfoliación muy ligera.
Aunque los resultados de ambas exfoliaciones son visibles, siempre existirá una gran diferencia entre ambas. Si vas empezando en el cuidado de tu piel te recomendamos empezar con una exfoliación física y luego pasar a una exfoliación química.
La exfoliación química requiere de un grado de tolerancia por parte de tu piel, ya que puede que al principio sientas un leve hormigueo o picor, sin embargo, empezando con concentraciones bajas, poca cantidad y solamente 1-2 veces por semana tu piel generará poco a poco más tolerancia. Esto no significa que debas abusar de los exfoliantes químicos, ya que puedes provocar irritaciones o resequedad. Te recomendamos utilizar solo un producto exfoliante en tu rutina 2-3 veces por semana.